El año pasado, Elena vivió una pesadilla al regresar de sus vacaciones en Punta Cana.
Su vuelo sufrió un retraso de más de seis horas, lo que hizo que llegara tarde a su trabajo y casi le costara su empleo. Hoy, desde una encantadora terraza en el Trastevere, Elena escribe una carta a su yo del pasado, agradeciéndose por no haberse dejado vencer por la frustración.
Carta a mi yo del pasado:
Querida Elena,
Sé que el año pasado viviste momentos de gran estrés y frustración. Después de disfrutar de unas vacaciones maravillosas en Punta Cana, te enfrentaste a un retraso de seis horas en tu vuelo de regreso. Recuerdo cómo te sentiste atrapada en el aeropuerto, desesperada por no poder llegar a tiempo para tu primer día de trabajo después de las vacaciones. Al día siguiente, tu jefe casi te despidió por no haberte presentado, argumentando que debiste prever cualquier contratiempo y regresar antes.
Hoy, desde esta placita en el Trastevere en Roma, quiero darte las gracias. Gracias por no haberte rendido. A pesar de la presión y las palabras duras de tu jefe, no te culpaste a ti misma. En lugar de eso, tomaste la decisión de reclamar con QuickClaim. Esa indemnización que obtuviste fue la clave para cambiar tu vida.
Con el dinero de la compensación, decidiste invertir en un curso de formación que te ha abierto las puertas a un empleo mejor. Ahora, estás en camino de dejar atrás a ese jefe poco empático y de construir una carrera en la que te valoren por lo que eres. Y aquí estoy, disfrutando de un café en Roma, sonriendo al pensar en cómo los contratiempos pueden transformarse en oportunidades si uno no se rinde y lucha por sus derechos.
Este año, si llegara a suceder otro retraso, ya tengo un plan. Después de haber invertido en mi formación, utilizaré cualquier futura indemnización para darme un capricho, como cambiarme el móvil. Así, seguiré avanzando y aprovechando cada oportunidad que la vida me ofrece.
Recuerda, los acontecimientos fuera de nuestro control no deben hacer que nos culpemos a nosotros mismos. Lucha por tus derechos y encontrarás gratificantes recompensas.
Con gratitud,
Elena