Carlos y Ana, ambos arquitectos, decidieron hacer un viaje soñado a Nueva York para maravillarse con la arquitectura de la Gran Manzana.

Este viaje representaba una pausa necesaria y una fuente de inspiración para ambos, especialmente para Ana, quien se encontraba sin empleo y considerando emprender por su cuenta. Sin embargo, este sueño les obligó a elegir entre realizar una reforma completa de su cocina o una versión más modesta para poder permitirse el viaje.

Cuando estaban listos para regresar a Madrid, su vuelo fue cancelado, dejándolos atrapados en Nueva York. Habían disfrutado enormemente de su viaje, explorando edificios emblemáticos como el Empire State Building, el One World Trade Center, el Chrysler Building, el Guggenheim Museum y el Flatiron Building. A pesar de esto, la cancelación les cayó como un jarro de agua fría, ya que la empresa de reformas les había dado un precio especial para comenzar la obra el lunes de su llegada, un acuerdo que podían perder debido al retraso.

Carlos, recordando un artículo que había leído sobre QuickClaim, decidió actuar rápidamente. Había leído que muchos españoles dejaban de reclamar indemnizaciones debido a la burocracia y los costos, pero QuickClaim ofrecía un servicio sin costo inicial, cobrando solo si lograban obtener la indemnización. Con más del 98% de éxito en sus reclamaciones, Carlos no dudó en presentar su solicitud desde el mismo aeropuerto.

Al llegar a Madrid al día siguiente, Carlos y Ana recibieron dos mensajes. El primero era del dueño de la empresa de reformas, quien, aquejado de una gripe, no había podido comenzar el trabajo, pero les aseguraba que respetaría el precio acordado. El segundo mensaje era de QuickClaim, confirmando que tenían derecho a 1.200 euros de indemnización y que solo debían subir sus documentos para que QuickClaim se encargara del resto.

Con esta seguridad, Carlos y Ana hablaron con el reformista y le pidieron que incluyera la isla de cocina que tanto deseaban. Poco tiempo después, mientras desayunaban en su nueva isla, recibieron la confirmación de que la indemnización había sido ingresada.

Reflexión de Carlos y Ana:

«Disfrutar de nuestras pasiones, como la arquitectura, y no rendirnos ante los contratiempos, nos ha permitido vivir experiencias inolvidables y alcanzar nuestras metas. Gracias a QuickClaim, pudimos transformar un momento de frustración en la cocina de nuestros sueños.»